Yuri on Ice

El patinaje artístico es el tipo de mundo que prácticamente pide un anime. ¡Vestidos brillantes! Oportunidades para la animación dramática! ¡Gente atractiva se lanza a situaciones de alta tensión! Yuri sobre hielo tenía una plétora de oportunidades de historias para elegir, y oh, saboreó todas y cada una de ellas. Los disfraces fueron dramáticamente arrojados al hielo. Las emociones se expresaban a través de axeles triples. Las relaciones internacionales se vieron amenazadas por los falsos pases de borrachos. Fue, de principio a fin, una absoluta delicia. Descubre más en paginas para ver anime.

Pero Yuri on Ice nunca se conformó con el mero espectáculo. Sus momentos de indulgencia – rutinas extravagantes, atletas con poca ropa, trajes extravagantes – estaban al servicio de la tierna historia de amor en su núcleo. La relación de Yuri y Victor florece en las grietas entre la práctica agotadora y la competición de alto riesgo, amenazada en todo momento por el fracaso, las lagunas de habilidad y la inexorable marcha de la edad. Pero no puede ser anulada, y de hecho, al final de la serie, ha superado los obstáculos en su camino como si no estuvieran ahí para empezar. Este es un anime acerca de entregar tu vida a algo – patinaje, en el caso de Yurio y Yuri, y Yuri, en el caso de Víctor – y encontrar que nunca pierde la capacidad de sorprenderte. A veces terminas con un caso lleno de premios. A veces terminas en el amor. Yuri on Ice trata de estas dos cosas – y toda la belleza, magia y aventura que uno encuentra en medio.

Kids on the Slope

Los niños en la pendiente siempre iban a ser notables, aunque hubiera terminado siendo un fracaso total. Reunió a Shinichiro Watanabe, legendario director de anime, y a Yoko Kanno, igualmente legendaria compositora, por primera vez desde el icónico Cowboy Bebop. Podría haber usado su pedigrí para relajarse. Podría haberse conformado con la mediocridad. La gente todavía habría visto «Kids on the Slope», probablemente incluso lo elogiaron. En realidad no tenía que intentarlo.

Pero lo hizo. Kids on Slope no sólo tiene éxito, sino que deslumbra, y de una forma totalmente diferente a la anterior colaboración de Watanabe y Kanno. Centrado en un grupo de adolescentes que vivían en 1966, el anime es una conmovedora rebanada del descubrimiento adolescente, la reconstrucción de la posguerra y el poder de transporte de la música. Es tentador llamar a la historia lenta, pero eso no es del todo correcto. Más bien, «Kids on the Slope» no tiene prisa. Es un verdadero placer perderse en sus nieblas de anhelo adolescente y estándares de jazz, pero cuando se toma como un todo, lo que emerge es una historia de fuerza emocional poco común. Como la música que le gusta, la serie vaga en su camino hacia donde va, perdiéndose en espirales de emoción y arte. Pero cuando llega allí, el espectador se da cuenta de que el viaje era tan importante como el destino, y más significativo aún por sus ritmos únicos.